El Soporte Vital Básico son un conjunto de sencillas maniobras que se realizan cuando la vida de una persona está en peligro. Se aplican de forma puntual hasta que la víctima pueda recibir atención médica especializada, ya sea por parte de médicos, enfermeros, técnicos en emergencias médicas o personas con conocimientos en primeros auxilios.
Si te interesa lo que lees, quédate con nosotros. En este post te explicamos todo lo que necesitas saber sobre el SVB. Además, si quieres enfocar tu futuro profesional hacia el sector sanitario, echa un vistazo a la Maestría Europea en Enfermería.
Cuándo se debe aplicar el Soporte Vital Básico
Como hemos mencionado, el SVB se aplica en situaciones de emergencia y no es necesario ningún tipo de instrumento, fármaco o maniobra invasiva. Con las manos se pueden salvar vidas en situaciones de peligro como:
- Parada cardiorespiratoria
- Atragantamiento
- Ahogamiento
- Golpe de calor
- Intoxicación
- Reacción alérgica grave
- Crisis asmática
- Hemorragia
- Traumatismo
Es muy importante que sepas que, desde el momento que se para el corazón y los pulmones de una persona, las posibilidades que tiene de sobrevivir disminuyen un 10% a cada minuto que pasa. Por este motivo, si actuamos en el primer minuto y realizamos los primeros auxilios correctamente, las posibilidades de supervivencia son muy altas.
A esta forma de actuar se le llama cadena de supervivencia y consta de cuatro fases:
- Llamar a los sistemas de emergencias médicas ante la gravedad de la situación.
- Si estamos capacitados, aplicar soporte vital básico cuanto antes posible.
- Desfibrilación eléctrica.
- Soporte Vital Avanzado.
Las dos primeras fases deben realizarlas los ciudadanos con conocimientos y capacidades para ello, mientras que las dos últimas las realizarán el personal médico. Así pues, la formación en primeros auxilios es muy importante para saber cómo actuar en situaciones de riesgo.
Qué hacer en caso de parada cardiorrespiratoria
Una persona está padeciendo una parada cardiorrespiratoria cuando no vemos, oímos ni sentimos que respira correctamente. Ante esta situación, tenemos que llamar a los servicios de emergencias e iniciar los primeros auxilios para la reanimación cardiopulmonar.
La RPC consta de dos fases: compresiones torácicas y respiración boca a boca. Con ambas conseguiremos mantener la circulación de la sangre a la vez que proveeremos de oxígeno a la víctima.
Para realizar las compresiones debemos colocar la palma de una mano sobre el esternón. A continuación, ponemos la palma de la otra mano sobre la primera y colocamos nuestro cuerpo directamente sobre ambas. Seguidamente, situamos los brazos perpendicularmente al cuerpo y los estiramos. Repetidamente aplicamos 30 compresiones rápidas y fuertes.
Después de realizar tres compresiones, debemos hacer dos respiraciones boca a boca. Para saber si lo estamos haciendo correctamente tenemos que ver que el pecho de la víctima se hincha. Seguiremos aplicando el mismo proceso hasta que la persona respire de forma espontánea o lleguen los servicios de emergencias médicas.