El paso de los años no perdona a nuestra piel. Con el paso del tiempo, esta envejece y pierde elasticidad, reduciéndose la producción de elastina y colágeno. Como consecuencia, la piel se vuelve flácida y aparecen líneas de expresión y arrugas. Pero gracias a la medicina estética y sus múltiples tratamientos encontramos soluciones eficaces y poco invasivas, siendo una de ellas los hilos tensores. Por lo que, si quieres saber en qué consiste este tratamiento antiaging, sigue leyendo. Y recuerda que, a través de la Maestría Europea en Medicina Estética adquirirás todos los conocimientos teóricos sobre los diferentes métodos estéticos actuales.
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¿Qué son los hilos tensores?
En medicina estética, los hilos tensores también se conocen como hilos japoneses o hilos mágicos faciales. Se trata de unos filamentos biocompatibles y del grosor de un cabello. El material más utilizado para fabricarlos es la polidioxanona, porque es antialérgica y reabsorbible.
Además de utilizarse como suturación en cirugías del corazón, en medicina estética se emplean como tratamiento para rejuvenecer el cutis. Son muy seguros y se pueden retocar después de su aplicación.
Ventajas y desventajas de los hilos mágicos faciales
Someterse a este tratamiento estético facial tiene sus pros y contras. Entre sus ventajas destaca por:
- Rejuvenecer la piel del rostro y el cuello.
- Proceso rápido, sencillo y no invasivo.
- Contribuir en la eliminación de arrugas y corregir la flacidez.
- Ayudar a redefinir el contorno de la mandíbula y el óvalo de la cara.
- Los materiales utilizados no suelen provocar reacciones alérgicas.
Ahora bien, como desventajas cabe destacar que los hilos japoneses tienen un efecto temporal y los resultados no son los mismos que los de un lifting o estiramiento facial. Ante cualquier duda, te aconsejamos acudir a la consulta de un médico estético para que pueda asesorarte y recomendarte el tratamiento que más se adapte a ti.
Cómo se realiza un tratamiento con hilos tensores faciales
En primer lugar, debes saber que someterse a un tratamiento con hilos tensores es casi indoloro y no invasivo. Se realiza en una sola sesión y no suele durar más de media hora. Asimismo, tampoco se utiliza anestesia, aunque hay pacientes que pueden requerir de una crema anestésica.
Los hilos faciales se introducen a nivel dérmico a través de una aguja muy fina. El tipo y número de hilos tensores que se utilizarán dependerá de la zona y la extensión a tratar. Normalmente, cuando se trata del rostro se suelen colocar entre 6 y 15 hilos.
Tipos de hilos tensores faciales
Según la finalidad y la zona que se vaya a tratar se utilizará un tipo u otro de hilos tensores. Concretamente hay tres tipos diferentes, por lo que te los describimos a continuación.
Hilos espiculados o dentados
Los hilos tienen forma de sierra, lo que permiten agarrarse mejor en la dermis. Se utilizan para corregir la flacidez de la piel, sobre todo de la zona del cuello, la mandíbula o las mejillas.
Hilos tensores monofilamento
Estos están hechos con una sola hebra, siendo muy finos. Se emplean para corregir la flacidez de la papada y afinar el contorno de la mandíbula. A nivel corporal, también se pueden utilizar en brazos, glúteos y abdomen.
Hilos tensores multifilamento
A diferencia de los anteriores, estos hilos japoneses cuentan con varias hebras. Debido a ello, se utilizan para rellenar arrugas ya que aportan una apariencia natural al rostro.