Las plagas de jardín suelen ser una verdadera molestia para cualquier paisajista o jardinero. Pero, por suerte, existen varias formas efectivas para prevenirlas y/o controlarlas. Así pues, si quieres enfocar tu futuro hacia el diseño y mantenimiento de espacios verdes, sin duda este post te interesa. Aquí te explicamos cuáles son las plagas más comunes que suelen atacar a jardines y cómo mantenerlas bajo control.
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Índice de contenidos
¿Qué son las plagas de jardín?
En jardinería, una plaga es una infestación de insectos o parásitos que afectan a las plantas a través del desarrollo de enfermedades. Dichas plagas pueden causar diferentes daños, desde la pérdida de hojas hasta el marchitamiento total de la planta. La principal característica de las plagas es que se propagan rápidamente, sobre todo en condiciones cálidas y húmedas, y pueden ser difíciles de controlar.
Para poder prevenirlas y controlarlas, el primer paso es identificar el tipo de plaga que está afectando a las plantas para después tomar las medidas pertinentes, ya sea a través del uso de pesticidas o la eliminación de las plantas enfermas, entre otros remedios.
Tipos de plagas de jardín habituales
Aunque existen muchas variedades de plagas, aquí te contamos las cinco más comunes que afectan al crecimiento y al desarrollo de las plantas. Toma nota:
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Escamas
Esta plaga se caracteriza por pegarse al tallo de las plantas, sobre todo en orquídeas y árboles de cítricos, como limoneros o naranjeros. Son fácil de detectar porque producen numerosas protuberancias en los tallos.
Si la infección no es muy grave, pueden retirarse las escamas con un paño húmedo o un cepillo de dientes sumergido en alcohol. Si, por el contrario, es difícil de controlar, se puede utilizar aceite hortícola o insecticidas químicos.
Pulgón
Se trata de pequeños insectos que eliminan el pigmento verde de las hojas y los tallos de plantas como las orquídeas, los rosales y las violetas. Las plantas afectadas se manifiestan presentando tonalidades amarillentas.
Revisar y mantener las plantas saludables es la mejor manera de prevenir esta plaga. Sin embargo, si no se puede evitar, existen remedios para combatirla. Rociar las plantas con agua a presión, usar jabón insecticida o aceite de neem son soluciones muy eficientes para terminar con esta plaga.
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Trips
Estos insectos perjudican a cualquier planta que da flores y causan pequeñas cicatrices en sus hojas y pétalos. Suele atacar a las rosas, claveles, crisantemos y gladiolos.
Para prevenir esta plaga conviene inspeccionar regularmente las plantas, controlar las malezas y utilizar alguna barrera física, como las redes de protección. Para combatirlas, basta con utilizar un insecticida químico o algún aceite especial.
Mosquitas blancas
Esta plaga tiene mucha presencia en las plantas medicinales, como la manzanilla, pero también suele atacar a la lavanda o a la begonia. Los insectos que invaden la planta se caracterizan por dejar sus excrementos sobre las hojas, por lo que se crea hongos y la dañan.
Se recomienda crear una solución jabonosa a base de agua y detergente para controlar la plaga y/o eliminarla.
Piojo harinoso
Estos insectos sacan la savia de las plantas, provocando que se vuelva amarilla. Este tipo de plaga es fácil de detectar porque se acumula en forma de pelusa encima de las orquídeas o los arbustos pequeños. Se recomienda tener en cuenta las puntas de las hojas, pues su color será el indicativo de si hay insectos en ellas.
Para controlarla se suele utilizan alcohol y la solución jabonosa que hemos comentado anteriormente. Se trata de verter el alcohol en el atomizador, rociar las zonas afectas y, posteriormente, aplicar la solución jabonosa.