Cuando somos pequeños tenemos un gran apego hacia nuestros progenitores y conforme vamos creciendo, el apego se reduce a pocas personas. La creación de este vínculo afectivo en edades tempranas puede convertirse en uno de los diferentes tipos de apego infantil que se conocen (y que te explicaremos más adelante). Así que, si te parece interesante lo que estas leyendo, síguenos. En este post te explicamos qué es el apego infantil y los distintos tipos que se desarrollan. Y recuerda que la doble Maestría Internacional en Pedagogía Montessori + Maestría Internacional en Psicología Infantil y Adolescente te dotará de los conocimientos necesarios para promover el desarrollo educativo de los niños y niñas.
Índice de contenidos
¿Qué es el apego infantil?
El apego es la relación que mantenemos con las personas que nos rodean. En edad adulta tenemos apego a pocas personas, solo con aquellas que realmente tenemos un vínculo afectivo.
En edades tempranas, el primer vínculo afectivo que tiene un niño o niña es con la madre. Y normalmente la madre ya lo siente desde que está embarazada. Así pues, y como hemos mencionado, el apego infantil se crea y se desarrolla en la primera infancia, al igual que la personalidad.
¿Cuántos tipos de apego hay?
Los tipos de apego infantil que conocemos hoy en día los descubrió y clasificó la psicóloga estadounidense Mary Ainsworth en el año 1978. Concretamente realizó un estudio para saber los tipos de relaciones que se daban entre los niños y sus cuidadores, es decir, cómo los pequeños utilizan a los adultos como una fuente de seguridad.
El estudio consistió en separar, por un breve momento, a niños de entre 1 y 2 años de sus cuidadores. Con ello, se evaluaba la manera de interactuar de los pequeños con el entorno, así como su reacción a una persona desconocida en los momentos de separación y reunión con el cuidador.
A partir de este estudio se detectaron 4 estilos de apego infantil diferentes, siendo uno de ellos muy poco frecuente. A continuación, te los explicamos.
Apego seguro
Cuando el cuidador se separa del pequeño, este siente ansiedad. En el reencuentro, el niño o niña siente alivio, además de ser afectuosos y tener contacto físico con la madre, padre o cuidador.
Con el progenitor presente, los niños exploran el entorno de forma activa y calmada, además de ser sociables con los extraños. Los niños son cooperativos y los cuidadores son receptivos.
Apego inseguro evitativo
El niño o niña no siente ansiedad con la separación y hay poco interés en el reencuentro, rehuyendo el contacto visual. Suelen llorar cuando están solos, pero si hay un extraño no lo hacen.
Este tipo de apego acostumbra a aparecer debido a las respuestas lentas y frías de los cuidadores ante las necesidades del niño o la niña. Hay poco contacto afectivo.
Apego inseguro ambivalente
Este tipo de vínculo afectivo genera ansiedad por separación. El pequeño trata de mantenerse cerca del padre o de la madre sin explorar el entorno. Son dependientes, lloran cuando el cuidador no está y no consiguen calmarse durante el reencuentro. Con los extraños son muy cautelosos.
Apego inseguro ansioso-evasivo
Este tipo de apego es muy poco frecuente y es una combinación de los dos anteriores. Los niños son muy inseguros y el reencuentro provoca reacciones extrañas. Por ejemplo, el pequeño puede quedarse inmóvil o huir de la figura de apego cuando se le aproxima.